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Mostrando entradas de abril, 2013

CREATIVIDAD: MÉTODO DISNEY

  En todo proceso creativo hay, o suele haber, una parte dedicada al brainstorming . Es decir, en todo proyecto se pasa por una etapa de tormenta de ideas que intenta cubrir un espectro lo más amplio posible, y que busca esa idea diferencial que aporte el máximo beneficio al desarrollo del proyecto. O que busca LA IDEA, en pocas palabras y mayúsculas. Sin embargo, trabajar un brainstorming puede tener un resultado vacío si no se tienen en cuenta algunas consideraciones. El método de Walt Disney consistía en tener tres lugares en los que trabajar cada fase dentro del proceso creativo. Las llamaba soñador, realista y crítico (o spoiler). Con estas tres fases del proceso perfectamente aisladas la una de la otra conseguía elegir las mejores ideas: aquéllas que pasaban con éxito las tres fases se desarrollaban y trabajaban para dar lugar a un producto final. Soñador, realista, crítico   Para entender este método es necesario saber que cuando juntas a un soñador con un c

El burro y el pozo

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer. Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo. Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra. El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio... con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra. Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando... La vida va a tirarte tierra, todo

Exigencia y excelencia

“Yo soy muy exigente, conmigo mismo y con los demás….!”. Quien se expresa así suele hacerlo en un tono de orgullo y satisfacción como si estuviera diciendo implícitamente: “Yo valoro la excelencia y esa es mi meta, para mí mismo y para con los demás”. Esto significa que le atribuye a la exigencia la cualidad de ser el camino y la garantía de la excelencia. La creencia sobre la que se apoya este tipo de afirmación es: a) Si realmente quiere lograr la excelencia, entonces debe ser exigente. Y también su contrapartida: b) Si es exigente, entonces su resultado será obtener excelencia. Pero ¿es realmente así? ¿Es la exigencia un rasgo que merece ser alentado en tanto actúa moviendo a la persona hacia la excelencia, o, por el contrario, se trata de una actitud inadecuada que tortura a quien la padece y no produce la excelencia que aspira a promover? El propósito de estas reflexiones es precisamente intentar aclarar esa incógnita y presentar un análisis de la estructura de

LA RANA HERVIDA .

Dice Peter Senge en La quinta disciplina que si ponemos una rana en agua hirviendo, inmediatamente intenta salir. Pero si la ponemos en agua a temperatura ambiente, digamos 21 grados, la rana no hace nada e incluso parece   pasarlo bien. A medida que la temperatura aumenta, la rana está cada vez más aturdida y finalmente muere a pesar de que nada le impide salir del agua. ¿Por qué? Porque su aparato interno para detectar amenazas a la supervivencia está preparado para cambios repentinos en su medio, pero no para cambios lentos y graduales. El concepto de modelos mentales se remonta a la antigüedad, pero la frase la acuño el psicólogo escocés Kenneth Craik en los años cuarenta. Según este y otros autores, los cambios a corto plazo de los modelos mentales rutinarios y diarios se acumulan a lo largo del tiempo y se convierten en cambios en las creencias a largo plazo que están profundamente arraigadas. Este mismo fenómeno suele ser frecuente en las empresas: disminuciones gradu