Acerca del acto de ayudar
¿Qué podemos realmente dar? Sólo lo que tenemos.
¿Qué podemos realmente recibir? Sólo lo que verdaderamente nos corresponde.
¿Dirías que das o recibes con placer, tranquilidad, sin esfuerzo?
¿Sientes que corres algún riesgo al dar? ¿Y al recibir?
¿Te parece que das obligando al otro a recibir?
Para el coaching ayudar es, fundamentalmente, acompañar al otro en lo que sea que esté experimentando. A veces acompañar toma la forma de una pregunta oportuna, que sirve para ver con más claridad la situación, poner algo de luz en una confusión o situación crítica; otras veces, estar con el otro silenciosamente es ayuda suficiente. Estar juntos en silencio a veces ayuda a conectar con lo que va más allá del ruido interno y externo, encontrar una paz de la cual surge, como un manantial, una respuesta nueva.
Fuera del Coaching la ayuda puede ser muy concreta como alcanzar un plato de sopa caliente a un enfermo, o puede ser más sutil, como enseñar, reflexionar con el otro, acompañar en silencio.Las motivaciones de la ayuda
Probablemente el acto de ayudar sea una de las expresiones más profundas del amor. Esta ayuda es una acción desde el ser humano hacia aquello con lo que se relaciona: su semejante, los otros reinos de la naturaleza, el planeta.Toda acción se inicia a partir de un impulso interno, una motivación. Motivación viene de moto, que quiere decir movimiento ¿Desde dónde surge el movimiento para el acto de ayudar? ¿Cuál es la fuente de donde parte esta ayuda?
El ser humano está motivado para actuar por y desde sus niveles más primitivos y elementales. A medida que vamos evolucionando, vamos cambiando el punto desde el cual parte nuestra acción; el actuar se va refinando, se va acercando a un actuar consiente que se origina en niveles más elevados de nuestro SER hasta llegar a sentirnos sólo un canal en manos de la vida.Dar lo que tenemos, recibir lo que necesitamos
En la relación de ayuda todo el tiempo hay un dar y un recibir, un movimiento que va y viene y se recicla.¿Qué podemos realmente dar? Sólo lo que tenemos.
¿Qué podemos realmente recibir? Sólo lo que verdaderamente nos corresponde.
Si no necesitamos o no nos corresponde, nos apropiamos indebidamente de diferentes bienes preciosos y en varios planos, desde los más densos a los más sutiles, como la atención de otro, por ejemplo. Desde esta visión el jugar a ser niños y requerir la atención del otro toda la vida para sentirnos ser es apropiarnos de algo que de adultos no nos corresponde. La queremos, como resultado de todos nuestros condicionamientos y programación, pero esencialmente no la necesitamos. Por eso, aprender a recibir implica también cuestionar nuestras creencias acerca de las propias necesidades, reformularlas periódicamente y aprender a contactar con las verdaderas.
Aprender a dar es aprender a reconocer dentro de nosotros la riqueza palabras, de amor, de energía que vibra en nuestro interior y estar dispuestos a que fluya hacia donde es útil, necesaria y adecuada.Recibir activamente
Hemos recibido la vida de nuestros padres, y la hemos tomado; por eso estamos vivos. Luego recibimos todo lo demás: la tierra que pisamos, el aire que respiramos, el alimento con que nos nutrimos, el vestido con que nos cubrimos, el albergue que nos protege, los estudios que nos forman, los libros, el trabajo, los amigos.Es curioso observar cómo muchas veces reclamamos “yo no he recibido nada” ¿Quién no ha pensado alguna vez o no ha oído a alguien decir: “a mí nadie me ayudo” ¡Qué sinsentido! Si todo lo que tenemos lo hemos recibido. Pero justamente, la vivencia de “yo no he recibido” o la de “a mí nadie me ayudó” nos indica que el acto de recibir también es una acción y requiere de una actividad intencional. Si no hay un tomar activo de aquello que se nos da, lo que se recibe cae en saco roto. Y no nace el agradecimiento. Quizás es al revés: si no hay gratitud, no puede tomarse la vida. O ambos procesos son simultáneos e interdependientes: Dar y recibir.
Preguntas finales
¿Qué es lo que te motiva a ayudar?¿Dirías que das o recibes con placer, tranquilidad, sin esfuerzo?
¿Sientes que corres algún riesgo al dar? ¿Y al recibir?
¿Te parece que das obligando al otro a recibir?
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